Cuenta la leyenda que una vez una serpiente
empezó a perseguir a una
luciérnaga. Esta
huía con rapidez de la feroz depredadora, y la serpiente al mismo tiempo no
desistía. Huyo un
día y ella
seguía, dos
días y la
seguía, al tercer
día ya sin fuerza la
luciérnaga paro y le dijo a la serpiente:
-¿Puedo hacerte tres preguntas?
-No acostumbro dar precedentes a nadie, pero como te voy a devorar, puedes preguntar.
-¿Pertenezco a tu cadena alimenticia?
-No.- contesto la serpiente.
-¿Yo te hice algún mal?- pregunto la luciérnaga.
-No.- volvió a responder la serpiente.
-Entonces, ¿Por que quieres acabar conmigo?
-¡Porque no soporto verte brillar!
Muchos de nosotros nos hemos vistos envueltos en este tipo de situaciones.
Cuando te paso esto no dejes de brillar, continua siendo tu mismo, continua y sigue dando lo mejor de ti, sigue siendo lo mejor, no ermitas que te lastimen, no permitas que te hieran, sigue brillando y no podrán tocarte... porque tu luz seguirá intacta, tu esencia permanecerá pase lo que pase, se siempre autentica, aunque tu luz moleste a los depredadores.
Tomado de la revista "El juglar del Norte". Gracias Cristina Santillan.